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Actualidad

Publicado por Citerior Agosto 31, 2024

Soborno, lavado de activos, delitos tributarios, daño a la fe pública ..

Ernesto Galaz Cañas,

Abogado, Licenciado en Ciencias Criminológicas, Universidad Libre de Bruselas.

Ética profesional, valores y comportamiento. Un debate actual. Nuestro país vive momentos tensos, expectantes y peligrosos.

La situación creada por los audios, que se hicieron públicos, de un importante abogado de la plaza, en los cuales se mencionaba sin rodeos que era necesario pagar a ciertos funcionarios públicos para obtener beneficios para sus clientes o para sí mismo. Las revelaciones que ha entregado el Ministerio Publico en la audiencia de formalización del mismo abogado y otras tres personas han dejado un manto de duda, desconfianza y perplejidad sobre el actuar ético de la profesión.

Se podría pensar que este es un proceso más, como tantos otros, pero no es así por las características de las actuaciones y la connotación e interés público de los hechos que se están conociendo y que afectan la fe pública y la capacidad de nuestra sociedad de procesar estas situaciones.

Tanto es así, que el presidente de la Republica y algunos de sus ministros han entrado al debate, de manera poco delicada, opinando sobre un proceso que recién empieza y que no supone culpabilidad alguna para los imputados. No olvidemos jamás el principio de inocencia que tiene toda persona hasta que por sentencia firme se declare su culpabilidad. Estas reacciones han traído respuestas, desmedidas, por cierto, del abogado, hermano del imputado.

Esta situación ha ido derivando paulatinamente en la politización del juicio, y rozar peligrosamente la autonomía de los poderes del Estado. No olvidemos nunca que se trata de un proceso judicial, donde al final habrá una verdad.

Pero más allá de estos aspectos formales, lo importante es entrar en un debate más profundo sobre los alcances de la ética profesional y en particular de los abogados, y este es un debate de valores y comportamientos que deben estar siempre presente en el ejercicio de la profesión.

La ética profesional se refiere a los principios y normas que guían el comportamiento de los individuos en el ámbito laboral; dentro de estos principios, podemos señalar de manera somera: La Integridad: Ser honesto y directo, evitando engaños. La Responsabilidad: Cumplir con tus deberes y asumir las consecuencias de tus acciones. La Competencia: Mantener y mejorar tus habilidades y conocimientos profesionales. La Confidencialidad: Respetar la privacidad y la información sensible.

La Justicia: Tratar a todos con equidad y sin discriminación.

El Respeto: Ser considerado y respetuoso con colegas, clientes y la comunidad.

Emmanuel Kant, un filósofo alemán del siglo XVIII, desarrolló una ética basada en el deber y la razón, conocida como ética deontológica. Sus principios pueden aplicarse a la ética profesional en diversas áreas. Aquí se presentan algunos aspectos clave:

  • Imperativo Categórico: La ética kantiana se centra en el imperativo categórico, que establece que uno debe actuar solo de acuerdo con máximas que se puedan querer como leyes universales. En la práctica profesional, esto significa actuar de manera que tus acciones puedan ser vistas como un estándar moral universal.
  • Autonomía y Respeto: Kant subraya la importancia de la autonomía y el respeto por los demás. En la ética profesional, esto implica respetar la autonomía de los clientes, colegas y otras partes interesadas, tratándolos como fines en sí mismos y no meramente como medios para un fin.
  • Deber y Responsabilidad: Según Kant, las acciones morales son aquellas realizadas por deber. En el contexto profesional, esto significa cumplir con las obligaciones y responsabilidades inherentes a tu rol, incluso si es difícil o inconveniente.
  • Honestidad y Veracidad: Kant valora la verdad y la honestidad como principios fundamentales. En términos profesionales, esto se traduce en ser transparente y sincero en todas las comunicaciones y acciones.
  • Imparcialidad y Justicia:  Kant aboga por la imparcialidad y la justicia, principios que son esenciales en cualquier profesión. Esto implica tomar decisiones justas y equitativas, sin favoritismos ni prejuicios.
  • Moralidad Intrínseca: Para Kant, una acción es moralmente correcta no por sus consecuencias, sino por la naturaleza misma del acto y su conformidad con el deber. En el ámbito profesional, esto significa que no se debe justificar acciones éticamente incorrectas por resultados beneficiosos.

Aplicar los principios kantianos a la ética profesional implica actuar con integridad, respetar a los demás y cumplir con los deberes de manera imparcial y justa. Esto refuerza la confianza en la sociedad.

Nolberto Bobbio, un destacado filósofo y jurista italiano, es conocido por sus contribuciones a la ética y el derecho. Aunque no se ha centrado exclusivamente en la ética de los abogados, sus ideas sobre la ética y el papel del derecho son aplicables al campo de la abogacía. Aquí algunos puntos relevantes:

  • Ética Profesional: Bobbio subraya la importancia de la ética profesional. Para los abogados, esto implica actuar con integridad, honestidad y lealtad hacia sus clientes, tribunales y la sociedad.
  • Derechos y Deberes: el derecho no solo otorga derechos sino también impone deberes. Un abogado debe equilibrar la defensa de los derechos de su cliente con el cumplimiento de sus obligaciones éticas.
  • Justicia y Equidad: promueve la justicia y la equidad como principios fundamentales. Un abogado debe esforzarse por alcanzar resultados justos, evitando tácticas desleales.
  • Transparencia y Confidencialidad: La ética del abogado también abarca la transparencia con sus clientes y la confidencialidad de la información. Se subraya la importancia de la confianza en las relaciones profesionales.
  • Conflicto de Intereses: Bobbio resalta la necesidad de evitar conflictos de intereses. Un abogado debe tomar decisiones que no perjudiquen a su cliente ni comprometan su independencia profesional.

El teórico jurista y filósofo John Rawls en Teoría la Justicia introduce el concepto de “velo de la ignorancia” para asegurar que las leyes y decisiones legales sean justas e imparciales y por lo tanto los abogados tienen la responsabilidad de promover la igualdad, proteger las libertades básicas de todos los individuos,

Más atrás en los tiempos, Aristóteles planteaba la ética de la virtud; la moralidad entonces se basa en desarrollar virtudes y alcanzar la excelencia personal; los abogados deben tener la capacidad de tomar decisiones prudentes y justas en situaciones que muchas veces son complejas,

Y para Hannah Arendt, la responsabilidad moral aborda la cuestión de la responsabilidad en contextos legales y políticos, centrándose en la importancia de la conciencia moral y la integridad personal la importancia de un juicio moral imparcial y bien fundado; en el ámbito legal es garantía de obtener una sociedad mucho más armónica.

Estos pensadores filósofos y juristas han entendido que la ética y la moral profesional es fundamental para el desarrollo adecuado y beneficioso del ejercicio de la profesión de abogados para la sociedad.

Además de estas consideraciones valóricas y filosóficas y más allá de toda discusión sobre politización o no, lo que ya ocurrió en este caso, lo de fondo, es que aquí se transgreden principios y valores fundamentales del ejercicio de la profesión y se daña de manera profunda la fe pública; no olvidar que los delitos que se imputan son delitos tributarios, lavado de activos y el más grave para la sociedad: soborno.

Vivimos un momento político y social complejo, donde el fanatismo y la falta de diálogo prima por sobre la necesidad de alcanzar acuerdos que vayan en beneficio de la sociedad toda. La descalificación personal le ha ganado a los argumentos de fondo; la violencia para resolver los conflictos cada vez se va legitimando más; la política y las instituciones son cuestionadas y ridiculizadas.

Es el momento de rescatar los valores y principios que devuelvan el contrato social; para esto debemos partir por nuestras propias prácticas, practicando aquellos valores y principios que construyen sociedades y no las prácticas que las destruyen.