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Actualidad

Publicado por Citerior Noviembre 12, 2023

Segundo Encuentro de Escritores, en Caldera

Edgardo Hidalgo Callejas

Editor Portalciterior

Entre el 18 y el 22 de octubre se realizó en el puerto de Caldera el Segundo Encuentro de Escritores, organizado por el Centro Cultural Mario Zapata Varas y con el patrocinio del Centro de Desarrollo Cultural-Caldera, de la Universidad de Atacama.

En octubre de 2022, el mismo Centro Cultural había organizado el Primer encuentro, lo que constituye una iniciativa admirable que repitió este año, no obstante, los recursos económicos que involucra asumir la estadía de 12 escritores durante 4 días.

Para quienes fuimos por segunda vez, volver a ver la pampa atacameña, con sus cerros pintados de colores tenuemente como un cuadro de acuarela y esas tardes de arremolinados vientos, que me recuerdan mi niñez ,jugando a entrar en ellos y vernos lanzados fuera con nuestras ropas cubiertas de polvo, pero con un rostro feliz.

Caldera, hito fronterizo de Chile antes de la Guerra del pacífico y puerto de embarque de la plata que hizo más ricos a los países que vinieron a explotar ése y otros minerales; pero que también enriquecieron a los chilenos como Pedro León Gallo G. (1830-1877), empresario minero y político, los que se atrevieron a participar de la explotación de la plata de Chañarcillo y que además dieron un fuerte impulso a la economía de la naciente patria chilena.

Copiapó también vio el auge de las letras nacionales con la presencia de Jotabeche (1811-1858),considerado el creador de la literatura nacional y Rosario Orrego ((1831-1879), primera novelista mujer de Chile y América, (Diccionario bio-bibliográfico de escritores de Atacama,Aramburu,2016) Entonces, no es de extrañar que estas tierras, habiendo pasado casi dos siglos y ahora sumándose el puerto de Caldera, tengan la iniciativa de seguir estimulando las letras, sea esta poesía, prosa, cuento, etc.

Igual que en el año pasado, la organización del Encuentro estuvo presidida por don Ernesto Rojas Cerda y secundado por los señores José Retamal Belmar, Jerson Espinoza y Ángel Barlaro. La organización académica estuvo nuevamente a cargo de don Eduardo Aramburú García, quien hizo un programa similar al exitoso año anterior:

ESCRITORES ASISTENTES

Elsula Kock Nickelsen, Eduardo Aramburu García, Ángelo Barlaro Olivares, Cesar Biernay Arriagada, Claudio Espínola Lobos, Guido Grant Moyano, Edgardo Hidalgo Callejas, Luis Soto Provoste, Elías Irazoqui Becerra, Eduardo Rioseco Prado, Marcial Millas Calfuala y Manuel Ramos Plaza.

a.- Los escritores invitados compartieron la lectura de sus últimas obras, creando un feedback enriquecedor entre todos ellos al comunicar estilos, temas y expresión de emociones distintas y originales.

b.- Jornada de visita a un colegio de enseñanza básica y media para participar en actividades educativas con los alumnos, estimulando así la lectura y especialmente la escritura. Los escritores, compartiendo con diferentes cursos de primaria y de educación media se relacionaron con los alumnos, conversando sobre su cercanía con la literatura, incluso su relación con escritores que hicieron textos para los compositores musicales, como los poemas medievales de Carmina Burana (1936) y la canción de la alegría, basada en el poema “La oda a la alegría” del poeta Friedrich von Schilling (1759-1805).

Otros escritores leyeron sus propios textos de prosa y poesía, o contaron sus experiencias personales, siempre con el objetivo de estimular el conocimiento de las expresiones literarias. Algunas alumnas y alumnos se atrevieron a leer sus creaciones, enriqueciendo así esta visita.

Por primera vez hubo presencia femenina entre los escritores invitados, lo que debe ser un buen estímulo para el próximo encuentro. El colegio hizo un video de todas las presentaciones para su uso en la docencia.

Una visita programada que al principio parecía extraña, fue la concurrencia de los escritores invitados al primer cementerio laico de Chile, que se encuentra en el puerto de Caldera.

Recordemos que los nacimientos y fallecimientos en el siglo XIX se inscribían en las iglesias, además que los únicos cementerios eran católicos y por tanto los “no católicos” no eran aceptados y debían enterrarse “donde pudieran”.

La determinación del presidente Domingo Santa María (1824-1889) de promulgar leyes de registro civil -nacimientos, matrimonios y defunciones-, y la creación de cementerios laicos, donde podían enterrarse todos los ciudadanos chilenos sin distinción de raza y religión, fue muy resistida por la iglesia católica.

Caldera, tempranamente, creó el primer cementerio laico en 1876. Esta visita que pareció extraña al principio, nos dio una enseñanza cultural de lo que esa zona de Chile ha liderado por sobre el centralismo consuetudinario.

Foto cementerio laico en Caldera,1876

También estuvo en el programa un encuentro con la señora Astrid Ortega, una poeta de Copiapó, que hizo lectura de algunos poemas de su última producción.

El primer ferrocarril en Chile, de Caldera a Copiapó en 1851, no solo transportó minerales; también llevó literatos copiapinos y estimuló el desarrollo cultural de la pampa extensa y caliente, que cada cierta cantidad de años nos sorprende con su floración nativa en lo que todos conocemos como “el desierto florido”.

En este encuentro la Corporación de Letras Laicas se hizo presente con los escritores Claudio Espínola (secretario), Luis Soto Provoste (tesorero), Eduardo Aramburú, Edgardo Hidalgo y César Biernay.

Hubo acuerdo para que el Tercer Encuentro deba hacerse en otra ciudad, estimulando así la difusión de tan loable iniciativa. El poeta Elías Irazoquí se comprometió a convocar a los Centros culturales de Chillán para liderar la organización del próximo Encuentro 2024, que esperamos convoque a muchos escritores, dada la cercanía geográfica de esta ciudad, también tierra merecidamente histórica en el nacimiento de la república.

En esta cruzada de escribir para contar cuentos, abrir el corazón con la poesía, hacer crónicas históricas y otras formas literarias, se difunde y asienta en lugares de todo Chile, estimulando la literatura, que en nuestro país tiene a grandes nombres inscritos en los premios Nobel de literatura como Gabriela Mistral, nortina, y Pablo Neruda, sureño, pero ambos chilenos de corazón.