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Cultura

Publicado por Citerior Octubre 11, 2021

¿Qué se entiende hoy por “tener talento”?

Edgardo Hidalgo Callejas, Redactor del Portal Citerior

Talento: del griego “talanton” = unidad monetaria igual a 26 kilos de plata, o 6.000 dracmas.

Talento es un tema de gran actualidad por lo que está pasando ahora en este mundo trastornado. El trabajo, las relaciones humanas, el turismo, la educación, la vida social y familiar, etc., todos los cuales han tenido que reestudiarse y corregirse con gran talento previsor para poder seguir subsistiendo.

Antes, hacer cambios en todos ellos, era riesgoso. Debería haber un estudio, una motivación especial, como para que una sociedad y sus individuos decidieran variar algo.

Recordemos la palabra establishment. Término muy influyente, a la hora de oponerse a cambios laborales, económicos, legales, o tradiciones sociales.

Talento, en la Grecia antigua, era un valor monetario. Ahora significa “conocimiento intuitivo”. Habilidad natural consustancial a la persona. Otra definición dice que es “una capacidad para desempeñar una determinada actividad, o tarea con habilidad y eficacia”. En sicología se refiere a una “capacidad superior a la que es el término medio de una población”.

También talento está vinculado con los avatares de la vida y el aprovechamiento de las posibilidades que esta nos puede brindar.

Generalmente el talento se asocia, o se refiere, a aptitudes y destrezas artísticas, pero es más general que eso. Este talento puede ser genético, potenciado por estímulos que lo desarrollen. Se observa en personas con un sentido especial para crear. En las artes, puede presentarse en la música como compositor y en habilidad como concertista instrumental; en las artes plásticas está el talento para la pintura, el dibujo, habilidad manual para modelar y esculpir, etc.; y en las artes de la representación podemos poner por ejemplo el baile, la actuación y la pantomima.

El talento siempre debería ser, cuando se descubre, estimulado porque su poseedor tiene una ventaja en la vida, aprovechando que aprende rápido y bien, lo cual puede contribuir al éxito futuro.

Puede clasificarse en varios tipos de talentos, que parecen ser más bien 3 niveles de este:

1.- Talento natural.  Cuando en un niño, sin estimulación específica, se observa una inclinación por una actividad, o un tipo de juego, que manifiesta una capacidad para ejecutarlo muy bien, estamos así frente a un talento natural que los padres deben observar y estimular.

2 .-Talento potencial, o sea sin ser aún aprovechado, y ;

3.- Talento de alto rendimiento que podríamos decir genial y para ello basta con mencionar a Mozart.

Sin embargo, también hay otras expresiones referentes a habilidades similares: el “don”:

Esta palabra se puede usar como sinónimo de talento. Significa una habilidad natural para algo. Generalmente se le asocia a una condición intelectual o sicomotora natural, tal vez heredada, que distingue notoriamente a una persona entre las demás. El “don” se asocia frecuentemente a una condición divina, o sea religiosa, que dota a una persona con cierta habilidad específica, pero en esencia es un talento como cualquier otro.

Prevenir significa adelantarse a los hechos, manifestarse o ejercer acciones sin que los acontecimientos se presenten aún. La previsión es una actividad compleja desde el punto de vista intelectual. Normalmente el cerebro responde a estímulos venidos de la relación del individuo con su entorno; en el caso de la previsión, no se presenta claramente un estímulo y corresponde, más bien, a una actividad de la memoria que” le avisa” al consciente alguna situación que se debe resolver oportunamente. Es interesante esta facultad del intelecto, cual es adelantarse a los hechos de la vida.

Puede ser educado con una rigurosa rutina de observar y estudiar los acontecimientos conforme al entorno y las circunstancias en que se dan y luego proyectar las consecuencias al futuro. 

El razonamiento intelectual, la lógica, la estadística y en general las matemáticas son ciencias que pueden ayudar mucho para razonar proyectando sus conclusiones al porvenir. Por ejemplo, sentir un viento tibio y muy húmedo con un nublado muy bajo y oscuro, nos permite pronosticar y prevenir los efectos de una lluvia en las horas siguientes.

Esto es producto de la buena observación, un análisis estadístico de situaciones parecidas; por tanto, el uso adecuado y oportuno de la razón puede ser de mucha ayuda a la hora de arriesgarnos en hacer una previsión.

Distinto es el caso de las previsiones que no proceden de un razonamiento, e incluso parecen muy alejadas de él. Las premoniciones, facultad paranormal, podríamos incluirlas como acciones previsoras de origen desconocido aún, en relación con las zonas cerebrales que pudieran participar en ella.

El talento en nuestro mundo actual.

En este principio del siglo XXI, la vida y la civilización del Homo sapiens cambió abruptamente con la propagación de una cepa que se identifica como coronavirus covid19 y al virus SRAS-CoV-2. Se viene estudiando su procedencia y posiblemente este germen fue huésped de algún animal (por confirmar según estudios) y pasó a la especie humana.

Al propagarse por todo el mundo se le ha clasificado como pandemia. Ha sido tal su agresividad que ha causado un gran desastre en todas las sociedades humanas a nivel de actividades laborales, educativas, turísticas, artísticas, etc. Todo se ha detenido, o al menos ya no se puede hacer “como antes”.

La gente, los gobiernos, las instituciones todas, que conforman el qué hacer diario de los países, han debido usar el talento previsor para seguir funcionando.

Así vemos como la alimentación ha generado los “delibery” y las ventas a domicilio. La palabra “emprendimiento” ha cobrado nuevos significados y respeto a sus ejecutores, borrando del léxico al “establishment”. La gente dice “he tenido que auto inventarme”, expresando con ello que ha debido usar su talento previsor para hacer cosas nuevas. Pero el talento le exige tener que hacerlo bien, más rápido, de mejor calidad, para entrar al mundo competitivo.

Hay un refrán español muy antiguo que dice: “Un hambriento discurre más que 100 letrados”, queriendo valorar que las necesidades esenciales como es la alimentación obligan al cerebro (discurridor) a pensar bien, inteligentemente, y resolver tales necesidades imprescindibles para la vida. Hoy ese refrán cobra nueva vigencia.

Las comunicaciones sociales se han mantenido gracias a los celulares, los WhatsApp, las videoconferencias, los mail, y un sinfín de nuevas tecnologías que talentosos creadores y previsores han puesto rápida y oportunamente a nuestro servicio.

En el área de las ciencias, especialmente en las biológicas y su consecuente tecnología, los talentosos humanos han debido hacer investigación “contra el tiempo”, para conocer el virus y su ADN, sus formas de invasión a la célula huésped, la propagación aérea en salubridad, crear nuevos instrumentos para detectarlos y manipularlos, para fabricar nuevas vacunas y masificar la producción a millones de dosis, diseñar formas nuevas de transportar las vacunas en la cadena de frío, etc.

El talento previsor ha sido puesto en máxima exigencia en la especie humana, porque si no somos capaces de hacerlo, la raza humana se extingue.

Se reconocen y clasifican varios tipos de talentos:

El talento de liderazgo es una capacidad de algunos por sobre otros. En niños a veces ha sido muy deprimido, especialmente en las niñitas por el machismo de los padres, o de hermanos mayores. Solamente en mujeres con carácter muy fuerte ha sido posible sobreponerse al medio ambiente y ejercer esta habilidad natural de su personalidad. En la actualidad es muy importante.

Talento para planificar. Es un talento intelectual para algunos, pero, especialmente en ciertas carreras profesionales, es una asignatura curricular que hay que aprobar. Si lo poseemos, muy bien venido, pero, de lo contrario, aprender a planificar es muy importante en cualquier emprendimiento.

Felizmente hay bastante literatura para dominar esta ciencia lo cual es de mucha ayuda, según el tema que nos interese abordar creativamente. En internet se encuentran muchos textos sobre emprendimiento, que entregan claves y consejos para evaluar situaciones y cómo planificar nuevos negocios con un mayor grado de optimismo.

En relación con las recomendaciones, un estudio consultado entrega las siguientes, a modo de ejemplo: primeramente, ordenar las ideas, hace estudios de mercado, evalúa las posibilidades de finanzas propias, instruirse en las áreas que emprenderá, aprende a manejarse en internet y las redes sociales, cómo montar un negocio en línea, etc.

Si se busca en Google “emprendimientos exitosos” se encontrará mucha información para quienes sean talentosos creativos.

El Talento para enfrentar los errores y los fracasos es, en estos días, puesto a prueba en todos nosotros. Hay personas que “nunca se rinden” y hay personas que se desaniman “a la primera adversidad”.

Pareciera ser que este talento es de un origen muy arraigado en la personalidad. Los luchadores desde niños demuestran esta habilidad; como a la inversa, los derrotistas también tempranamente se manifiestan. En los tiempos pandémicos actuales debemos reconocer que es uno de los talentos más necesitados, y si no lo tenemos en nuestra genética, pues debemos aprender a desarrollarlo, cueste lo que cueste.

Talento para la toma de decisiones. Para algunas personas es una “facultad nata” en su vida. También es factible de desarrollarlo, y ahora en pandemia la toma de decisiones correctas, oportunas y eficientes por parte de gobiernos e instituciones es trascendental para avanzar en la lucha contra el Covid 19 y sus variantes que el virus está produciendo cada cierto tiempo y cada cierta cantidad de generaciones.

Recordemos que un humano necesita más-menos 30 años para una mutación heredable; el virus vive 2 o 3 días ( o un poco más según la superficie en que se deposite). Esta frecuencia para producir nuevas generaciones es una tremenda ventaja de sobrevivencia a las nuevas exigencias del ambiente y de adaptación de la especie a los peligros; por ello han vivido millones de años en la Tierra y, de seguro nos sobrevivirán, aunque miremos en menos a esos “bichos”.

Para combatir su ritmo generacional debemos, entonces, tomar decisiones con prontitud.

Talento para la identificación de las fortalezas y debilidades, lo cual también puede ser abordado por algunas personas que razonan a otra velocidad síquica. Si se agrega a ese talento una dosis de creatividad, estamos en presencia de un “trabajador” de selección. En otro ambiente “el discurrir de un hambriento” puede hacer milagros para salir adelante con su emprendimiento y sobrevivir a esta pandemia. Desarrollemos, pues, todas nuestras facultades y habilidades, más aún aquellas que no habían sido de nuestro interés estimularlas.

En las grandes corporaciones modernas, especialmente les interesa contratar talentos, y es uno de los objetivos más importantes de su “recurso humano”. Ellos identifican algunos “ítems” de primera importancia: actitud, vocación, aptitud, talento para planificar, capacidad de liderazgo, toma de decisiones, etc.

Se usan pruebas para medir el nivel de talento en postulantes a un trabajo, como también hay pruebas de evaluación para lo que identifican como “proyección”, o sea “hasta donde podrían progresar” en su futuro laboral con beneficio para la empresa.

Esta es la situación actual y la indiferencia para no desarrollar los talentos, ya sea individual o empresarial, es sin duda carecer de talento previsor y no tener creatividad alguna para superar la adversidad. Que bien que son muchos más los que tienen talento ante la resistencia al fracaso y que nos está permitiendo no rendirnos.