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Actualidad

Publicado por Citerior Julio 6, 2019

¿Qué nos espera de la transformación digital?

Fernando Guardiola Álvarez

Ingeniero Civil Electricista, Especialista en  Telecomunicaciones

“No sobrevive la especie más fuerte ni la más inteligente. Sobrevive la que mejor se adapta al cambio”.

Charles Darwin

Según el MIT (Massachusetts Institute of Technology), Transformación Digital es un término que acuña dos conceptos críticos para nuestro tiempo.

El adjetivo digital se refiere a una serie de tecnologías disponibles, cuya potencia y accesibilidad pueden cambiar las reglas de cómo se hace todo hasta ahora. La transformación, por otro lado, implica que las empresas deben experimentar modificaciones para aprovechar las oportunidades que crean estas tecnologías. TD es el proceso clave de adaptación e incorporación de la tecnología en los negocios.

I-Scoop, una consultora belga especializada en entrenamiento, recursos de información y servicios asociados a Marketing integrado, señala que” la Transformación Digital es una profunda transformación en el mundo de los negocios, mundo corporativo y de mercado, afectando a las actividades, procesos, competencias, capacidades y modelos que influencian los cambios y oportunidades de las sociedades y sus componentes, con motivo de la introducción de tecnologías digitales en este mundo, las que permiten acelerar y focalizar el impacto que tiene el negocio mismo y, consecuentemente, la necesidad de adopción de estrategias nuevas y priorizadas con una visión de futuro para adaptarse a los cambios que se están generando.”

Algo de historia

Desde 1948, con la aparición del transistor, todas las áreas del quehacer humano comenzaron a verse afectadas y ya nada volvió a ser como antes.

Hoy día, no hay aspecto de la vida humana que no se vea afectado por la electrónica, la computación y la técnica. Todo esto ha sido producto de un pequeño dispositivo llamado transistor.

La patente de invención del transistor le fue concedida, con fecha 17 de junio de 1948, a los Laboratorios Bell, tras presentarse el trabajo en semiconductores de John Bardeen y de Walter Brattain; más tarde le sería concedida a William Shockley, por una variante del dispositivo original.

Este pequeño dispositivo fue creado para ser utilizado en las grandes centrales telefónicas y poder disminuir el volumen de esos gigantes sistemas electromecánicos que consumían grandes cantidades de energía. A casi 70 años de su creación, prácticamente no existe actividad humana que no involucre al menos un transistor.

Un transistor actual puede almacenar una unidad de información digital (conocida como un bit) mediante la presencia (“uno”) o ausencia (“cero”) de una cierta cantidad de carga eléctrica. Por tanto, la capacidad de los dispositivos de memoria conocidos como RAM (Random Access Memory) está limitada por el número de transistores que es posible integrar en un circuito.

En 1970, el tamaño típico de un transistor era de unas 12 micras, o una décima del grosor de un cabello; en 1997, es 40 veces menor.

En los últimos 30 años, el número de transistores en un circuito integrado se ha duplicado aproximadamente cada 18 meses. Esta trayectoria, que se conoce como ley de Moore, no es por supuesto el resultado de ninguna ley física, sino un objetivo de desarrollo que la industria electrónica se ha marcado, y que hasta ahora, ha podido cumplir a base de una competencia feroz y de la inversión de enormes recursos.

La observación hecha por Gordon Moore en la nota “Cramming more components into integrated circuits” de la revista Electronics de abril de 1965, señala que, desde la creación de los transistores, su densidad y complejidad se ha ido incrementando y en lo sucesivo se duplicaría cada dos años.

Si bien, más que una ley, es una observación que dio cuenta de cómo evolucionó la electrónica desde 1951 a 1965 y que ha permitido proyectar el comportamiento y la técnica hasta el día de hoy.

Los Paradigmas Actuales

Bajo el fenómeno de Transformación Digital hay varias otras revoluciones tecnológicas y tendencias que están cambiando el panorama y que son, en síntesis, los fenómenos que debemos observar para entender la transformación digital.

Inteligencia Artificial (IA) y Machine Learning:

Lo primero es indicar que no son lo mismo, pero tienen estrecha relación.

La IA es un concepto que engloba el aprendizaje del autómata (machine learning), por lo que una primera aproximación a ambos términos nos sitúa ya en un contexto de subordinación. A pesar de sus especificidades, ambos son sistemas de inteligencia artificial, y como tales persiguen un único fin: la creación de dispositivos o algoritmos que imiten o reemplacen al ser humano emulando sus funciones cognitivas.

Básicamente, se trata de convertir a las máquinas en dispositivos más inteligentes para interactuar mejor con nosotros, los no máquinas, a través de interfases humano-máquina (IHM), que suelen ser cada vez más sofisticados, como la voz y la visión, constituyendo un avance respecto del clásico teclado o botonera y, en algunos casos, yendo más allá: anticipando la acción humana.

Virtualización y Servicios basados en la nube:

La virtualización es una tecnología que separa las funciones del hardware. Al igual que el concepto de la nube, se refieren a la creación de entornos útiles a partir de recursos abstractos.

La virtualización es una tecnología que permite crear múltiples entornos simulados o recursos dedicados desde un solo sistema (hardware físico). A través de software específico llamado “hipervisor”, se conecta a múltiples usuarios directamente con el hardware y permitiendo dividirlo en entornos separados, distintos y seguros, conocidos como “máquinas virtuales” (VM).

Cloud based Services:

Es un conjunto de principios y enfoques que permite proporcionar recursos de infraestructura de informática, de red y de almacenamiento, servicios, plataformas y aplicaciones a los usuarios, a pedido y en cualquier red.

Estos recursos de infraestructura, servicios y aplicaciones se obtienen de nubes, que son conjuntos de recursos virtuales orquestados por software de gestión y automatización, para que los usuarios puedan acceder a estos, bajo demanda, a través de los portales de autoservicio a los que dan soporte el escalado automático y cuya principal característica es la elasticidad, es decir la asignación dinámica de recursos.

Big Data y Analitics:

Cuando hablamos de Big Data nos referimos a conjuntos de datos o combinaciones de conjuntos de datos cuyo tamaño (volumen), complejidad (variabilidad) y velocidad de crecimiento (velocidad) dificultan su captura, gestión, procesamiento o análisis mediante tecnologías y herramientas convencionales, tales como bases de datos relacionales y estadísticas convencionales o paquetes de visualización, dentro del tiempo necesario para que sean útiles.

Cuando se combina el big data con analítica poderosa, se pueden realizar tareas relacionadas con negocios, tales como: RCA (detección de causa raiz), RTD (problemas y defectos casi en tiempo real), Targeted Marketing (Generar cupones en el punto de venta basados en los hábitos de compra del cliente), Risk Analysis (Recalcular portafolios de riesgo completos en minutos), Real Time Trend Analisys (Detectar conducta fraudulenta antes de que afecte a su organización).

Internet of Things:

El “internet de las cosas”, se refiere a una interconexión digital de objetos cotidianos a través de internet. Es la conexión a internet de objetos, máquinas, más que de personas.

El concepto de internet de las cosas fue propuesto en 1999, por Kevin Ashton, en donde se realizaban investigaciones en el campo de la identificación por radiofrecuencia en red (RFID) y tecnologías de sensores. El término internet de las cosas se usa con una denotación de conexión avanzada de dispositivos, sistemas y servicios que va más allá del tradicional M2M (máquina a máquina) y abarca una amplia variedad de protocolos, dominios y aplicaciones.

Se estima que el internet de las cosas debería codificar, en teoría, de 50 a 100.000 millones de objetos y seguir el movimiento de estos, considerando que todo ser humano está rodeado, al menos, por un total de aproximadamente 1.000 a 5.000 objetos susceptibles de ser monitoreados.

Movilidad e hiperconectividad:

El explosivo impacto tecnológico en la comunicación, consecuencia de la convergencia entre Internet y la movilidad, ha cambiado radicalmente la forma en la que trabajamos, compramos, aprendemos, enseñamos, colaboramos y nos relacionamos.

En el planeta digital que vivimos: sin fronteras, global, diverso, innovador y enriquecedor, ya no llevamos teléfonos para hablar; llevamos potentes ordenadores de 100 gramos y 13 centímetros en nuestras manos, las 24 horas.

La nueva comunicación es la hiperconectividad y la multicanalidad.

Y los ejes de esa gestión son las aplicaciones y herramientas tecnológicas que utilizamos para gestionar nuestra vida; no sólo la incalculable información que creamos y compartimos (muy de moda el imperio del big data), sino además los infinitos grupos públicos de los que somos parte, con quienes intercambiamos, imágenes, texto, voz y otra información más profunda y sensible, como estado de ánimo e intereses.

El centro del huracán

En lo hasta ahora revisado, el gran agente de cambio es la tecnología. Actores como el negocio, el mercado, el cliente, los procesos de las organizaciones, son los sujetos de cambio y podrá ocurrir una de dos: adopción temprana o imposición del cambio (i.e. intente faxear un documento).

Se suele revestir al proceso de modernización de atributos democratizadores, de disruptores de barreras de toda índole que tienden a simplificar la vida del ser humano; no obstante, hay dimensiones del Ser que se afectan de una manera inesperada, esperemos que así sea, como la libertad, individualidad y la privacidad.

La tecnología debe responder a las demandas sociales, aunque a veces no sea lo más benéfico para la sociedad, con un impacto claramente negativo, cuando es producto más del capricho ¨democrático¨, es decir, con mayor popularidad que del bien común, provocando en algunos casos graves males.

Esto se da cuando surgen problemas triviales que separan a la persona de los objetivos realmente importantes de su vida.

Un claro ejemplo de ello es el cambio de foco de la preocupación del bienestar y protección de la familia en sociedades en desarrollo, de la manutención y educación.

Ahora, al tener exceso de bienestar, las preocupaciones están orientadas a necesidades superficiales, provisión de televisores u otros aparatos de comunicaciones para cada miembro de la familia, lo que afecta la convivencia y comunicación familiar, la misma educación y cultura de familia.

Incluso parece que el nivel de realización y de felicidad estaría disminuido respecto de épocas anteriores, donde no se disponía de esta tecnología.

Uno de los papeles más importantes de la tecnología es su colaboración en el destino de la humanidad, como, por ejemplo, a través de la guerra, o por medio de la manipulación genética.

El destino de la humanidad estará definido por el uso que le demos a la tecnología; para su capricho y destrucción, o para bien de la persona. En lo medular, las personas se ven y se verán afectadas en todo sentido. Desde hacer un trámite en el registro civil online, hasta ser notificados por algún medio sobre un infarto en curso y consiguientes instrucciones para dirigirse a un centro asistencial.

En 2020 existirán más de 50.000 millones de dispositivos conectados en el mundo.  En términos de personas, al menos, la mitad de este foro ya ha vitrineado a través de la web y a fin de este año tan sólo 1 no lo habrá hecho.

La Transformación Digital es un fenómeno que se está dando a nivel de organizaciones, afectando a todas las dimensiones y esferas de ella, incluyendo el capital primordial de las sociedades.

Las grandes influencias de este 2019, más allá de los conceptos tecnológicos y que afectan al hombre son: la brecha tecnológica (tecnología de acceso, no el acceso a la tecnología); desintoxicación digital (acceso a contenido y calidad, no analfabetismo digital) y regulación (legislación orientada a los usuarios, derechos y deberes).

Hoy en día, 3 de cada 4 chilenos es “usuario de internet”.

La privacidad y las crecientes amenazas de seguridad son problemas persistentes que van en aumento. Sin embargo, los beneficios de la tecnología derivadas de la computación cada vez más inteligente y omnipresente, que aprende a anticiparse a nuestras necesidades, pueden ayudarnos a mantenernos más sanos, seguros y productivos a largo plazo.

Así como las empresas están recorriendo este nuevo y desconocido camino llamado Transformación Digital, como usuarios, clientes, empleados, directivos, jefes, pares o interesados, tenemos la necesidad y obligación de familiarizarnos con conceptos como Omnicanalidad, Ubicuidad, otras dimensiones del gran impacto que constituye esta gran transformación. Ya debiéramos estar pensando y comprendiendo conceptos como la Industria 4.0, Sociedad 5.0, Virtualización del Estado, etc