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Publicado por Citerior Agosto 16, 2020

Neurociencia: un gran dilema ético y moral

                     Neurociencia: un gran dilema ético y moral

                                                                            NELSON VALENZUELA HERMOSILLA

El avance extraordinario que ha tenido el conocimiento humano en las últimas décadas y en especial en el área científica y tecnológica, ha cambiado muchos paradigmas y con ello la forma en que estábamos acostumbrados a  interpretar la realidad.

El desarrollo de la Robótica y con ello la Inteligencia Artificial nos ha ilusionado de tal forma que en algunas décadas por venir no nos será posible distinguir  un acto humano y el de una máquina. Las bases de este conocimiento tienen su base en el estudio del cerebro y sus funciones. La Disciplina que se ocupa de su estudio, como se ha señalado, es la Neurociencia, esto es, el conocimiento del cerebro, de su anatomía, embriología,  fisiología, y sobre todo el concepto nuevo de Redes Neuronales, no tan solo a nivel macroscópico sino también sub-atómico o cuántico.

 En el área biológica, ya se han podido identificar sistemas responsables de acciones cerebrales complejas y aún más, con áreas que tienen que ver con las emociones (entendamos odio, alegría, empatía).

Imaginemos que el día de mañana se nos prescribiera tres sesiones de estimulación de determinadas redes neuronales responsables de la agresividad  o de la depresión. Si esto se pudiera hacer en forma masiva como los Programas de la Mujer del Sistema de Salud estatal o de la epilepsia y otras psicopatías,   ¿no sería un mundo fantástico sin odios ni agresiones?  En el campo de la Educación son insospechadas las ventajas que podrían obtenerse.

La Física cuántica, ese mundo sub-atómico fantástico que explora la Energía Invisible y la Neurociencia “van de la mano” en las investigaciones actuales y futuras.

La Física Clásica Mecanicista, desde “la manzana de Isaac Newton”, hasta hoy ha cumplido un rol extraordinario en el conocimiento de lo macro, pero las investigaciones han continuado hasta tener hoy día una idea muy en tinieblas de los agujeros negros. Los estudios sobre posición “dual “de los electrones nos permiten elucubrar la posibilidad de situaciones o existencias paralelas, y no tan cercanas sino también a distancias inconmensurables para nosotros.

 Esto abre una puerta de abismos insospechados. Hoy día, la Neurociencia se está investigando y aplicando en todas las aéreas del Conocimiento.

En un principio, el estudio el cerebro se hacía de manera aislada. Resulta llamativo que recién en el año 1996 se creara la Sociedad de Neurociencia, agrupando a los científicos del mundo que trabajan en la investigación de estos temas.

Los trabajos más relevantes en el estudio del cerebro fueron, sin duda, los realizados por Ramón y Cajal  y luego Golgi, quienes, por sus estudios en Histología y Anatomía patológica, recibieron juntos el Premio Nobel de Medicina en el año 1906.

Ellos lograron identificar y demostrar la existencia de la célula nerviosa y la tinción que permitía identificarla. De ahí en adelante las investigaciones del cerebro se multiplicaron.

¿Cómo es posible que el Mercado o la Economía en los momentos actuales usufructúen del notable avance de Neurociencia? (Aunque prontamente será mayor).

 

Sabemos que el estudio del cerebro humano ha pasado de lo macroscópico a lo sub-atómico, al nivel cuántico. Hoy sabemos que muchas aéreas de la Medicina se han visto beneficiadas con exámenes de orden nano cuántico.

Un ejemplo es el estudio de imágenes cerebrales como el SPECT cerebral (Single Photon Emission Computed Tomography: Tomografia de emisión por fotón único).

Este examen permite obtener imágenes sobre el funcionamiento cerebral en diferentes regiones del cerebro. Esto ha permitido observar aéreas responsables de enfermedades vasculares, de la enfermedad de Parkinson, las demencias y la epilepsia. Es capaz de detectar aéreas con compromiso vascular, cuando la tomografía y la resonancia son aún negativas.

En la epilepsia este examen es capaz de captar el foco irritativo durante la crisis y tiene utilidad en la detección pre-quirúrgica. Es innumerable la cantidad de aplicaciones que presenta este examen.

 La Nanotecnología a nivel cerebral  constituye hoy una expresión cuántica de gran ayuda para el ser humano. El campo futuro mediato nos presenta una moneda de dos caras.

Por una parte, el desarrollo impensable que tendrá la Robótica y la Inteligencia Artificial constituyen los desafíos mayores que tendrá la humanidad en el campo de la Ética. Recordemos el descubrimiento de la dinamita en 1867.  Alfred Nobel jamás pensó en el uso que finalmente marcaría a la especie humana.

El cerebro es quizá la estructura más compleja del Universo.

 Su participación o intervención en el conocimiento humano a través de la Neurociencia, junto a los más elevados aspectos de la conducta humana, lo convierte en uno de los más grandes misterios de la ciencia.

Ahora bien, qué quiere decir avanzar en su conocimiento?  ¿O más aún aspirar a conocerlo por completo?

¿Debemos aceptar que nosotros y nuestra experiencia subjetiva somos solamente un producto del cerebro, que una vez develado  quede a completa merced de la Tecnología?

La incorporación de chips en aéreas del cerebro que logren abolir la voluntad, a nivel masivo, sin consentimiento; o por otra parte, a través de epigenética, crear especies con características preconcebidas. Esto, obviamente, constituye un gran dilema ético y moral.

La Neurociencia y La Educación:

Esta es tal vez una de las aéreas donde habrá mayores novedades en este siglo XXI.

El conocimiento cada vez mayor de las áreas amigdalinas del cerebro, por ejemplo, responsables de las emociones y sentimientos  y que pertenecen  a su vez al sistema límbico (que es el centro de las emociones).

Pero,¿ por qué considerar el estudio de las funciones cerebrales en los procesos educativos?

Para Judy Wallis, neurocientífica e investigadora de la relación neurociencia – educación, hay dos puntos focales relevantes para un óptimo aprendizaje:

En primer lugar, el estado de ánimo del alumno o la predisposición que este tenga hacia la captación de una información novedosa. Si el alumno está contento, la información recepcionada será aprendida con mayor facilidad. En situación contraria, de nada valdrán las explicaciones del profesor.

En segundo lugar está la metodología empleada, muy importante en la  enseñanza , porque depende en gran parte de la manera como el estudiante se predisponga para aprender.

Asimismo,  se sabe que funciones cerebrales son las emociones  que conducen la memoria; esto significa que si las emociones son placenteras, el rechazo a la información novedosa será menor y por consecuencia, el aprendizaje será más efectivo.

Para la Neurociencia, al cerebro se le agiliza el aprendizaje cuando se  incorpora mediante esquemas, mapas, gráficos y cualquier otra herramienta que permita la formalidad y el orden. La información mostrada de forma organizada y estructurada incorpora una actitud positiva para captar la atención del alumno.

Dicha información se maximiza cuando ésta se relaciona con aprendizajes previos, es decir, vivencias personales que los alumnos tienen y que permiten entender mejor lo aprendido. Pero ,¿qué tiene que ver la Neurociencia en las metódicas tradicionales, si siempre han funcionado de la misma forma?

La respuesta parece simple.

Siempre hubo docentes brillantes que de alguna u otra forma intuían que existía algo más que estimulaba el aprendizaje. La respuesta es relativamente reciente al demostrarse que el cerebro necesita expresar su “limbismo”, entiéndase emoción ante lo desconocido.

Hoy está identificada esa área cerebral y se puede actuar indirectamente satisfaciendo su capacidad de asombro, con lo cual su curiosidad estará satisfecha.

  1. Maturana ha señalado que la vida es un permanente emocionar…

Existe un aspecto extraordinariamente importante y que es necesario tenerlo presente en este orden de hechos demostrados: El aprendizaje cambia la estructura fisica del cerebro, es decir se fortalece con el ejercicio mental. Aún más: el aprendizaje es capaz de organizar y reorganizar la mente; por tanto, el ejercicio mental cambia nuestro modo de percibir y comprender la realidad.

El hecho que el cerebro cambie con el aprendizaje, se refiere a que es capaz de crear nuevas redes neuronales y al mismo tiempo modificarlas (neuroplasticidad).

Esta característica y su advenimiento tomaron fuerza desde fines del siglo XX. Es como el atleta que fortalece e hipertrofia su musculatura con la actividad física permanente para mejorar sus resultados.

El maestro que conoce los principios neurobiológicos que rigen el funcionamiento cerebral, su maduración cognitiva y emocional, tiene en sus manos un recurso esplendido para desarrollar su praxis docente, identificando ritmos y modalidades madurativas en sus alumnos y eligiendo recursos de enseñanza sobre bases científicas que le garantizan óptimos resultados.