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Actualidad

Publicado por Citerior Julio 9, 2019

LA CRISIS DEL RECURSO DEL AGUA DULCE

Raúl Brito Agurto – Empresario

Más pronto de lo deseado, el limpio, potable y seguro suministro del agua necesaria para la vital supervivencia planetaria, está siendo seriamente amenazado.

Tan sólo el descontrolado crecimiento  demográfico  y las migraciones demandan por sí mismas una enorme sobrepresión para la producción de alimentos, la sanidad, las fuentes de generación, la industrialización, los servicios públicos y la minería.

Si además sumamos que la globalización busca privatizar este invaluable recurso, el mercado conducirá inexorablemente la disponibilidad de las fuentes hídricas mundiales a niveles críticos para el año 2040.

La actual discusión sobre el cambio climático aún no entrega certezas científicas sobre las fuentes  seguras de agua dulce a futuro, ni tampoco de las zonas sometidas a fenómenos climáticos más severos, a lo que debemos agregar el efecto incivilizado por la desprotección ambiental.

Según reciente estudio de CENRE, (U Chile), el año 1950 se ha marcado como el “Año cero”, ya que por primera vez en 800.000 años se superó el nivel de 300 ppm. de CO2, acompañado por alzas en la temperatura global, llegando el CO2, ahora en junio del 2019, a la alarmante cifra de 413,82 ppm.

Vistos también, los daños que causan la deforestación y la plantación de pinos y eucaliptus, que consumen 4 a 5 veces más agua que las especies nativas, constituyèndose éstas además como factores combustibles.

Según varias publicaciones, hemos entrado en una nueva era de megaincendios llamados de sexta generación; en Chile, en el verano 2017 se quemaron 300.000 Hts de bosques, lo mismo ha sucedido en Grecia, Portugal, en Yosemite, Australia y ahora en California, etc.

En California ya se desplantaron 4.000 hectáreas de almedros afectados por la sequía y, por el desvío de los riegos que efectuò el mayor productor agrícola de los E.E.U.U., Steward Resnick, para privilegiar sus plantaciones.

Los altos consumos de agua para extinguir incendios, la ilegal extracción por la vía hidráulica para erosionar territorios auríferos amazónicos, las descargas de aguas servidas, el deshecho de los RILES causantes de eutroficación y/o hipóxia, o el aprovechamiento de aguas subterráneas para la extracción petrolera por el sistema de fracking,  estàn acabando las fuentes vitales del futuro.

Según W.R.I. (World Resouces Institute), actualmente en el planeta 1.000 millones de personas sobreviven en zonas de escasez de agua, y para el año 2025 se les sumarán 2.500 millones màs.

Según un reciente estudio de modelaje climático y escenarios económicos, midiendo la contracción de la superficie de agua dulce disponible para las poblaciones  en 167 naciones, se encontró que 33 de ellas enfrentarán deficiencias extremas para el año 2040, entre las más afectadas estarían Estonia, Namibia, Botswana y Chile; sí leyeron bien, dije Chile.

 En Chile, como en la mayoría de los países en desarrollo, en la producción de alimentos, se requieren para la obtención de 1Kg. vegetales 320 Lts de agua; para legumbres 4.000 Lts y para 1 Kg de res 15.400 Lts.; en otro rubro, como la minería del Cu. ésta aumentará el consumo de agua fresca desde el 2011 al 2020 en un estimado 57%., motivo que las forzará a desalinizar el agua del mar.

Los embalses y los lagos naturales de la zona centro norte, ya tienen serias dificultades para mantener su pristinidad debido al proceso de eutrofización, el que origina un aumento sostenido de la concentración de nutrientes disueltos en el agua, como el fósforo y el nitrógeno, favoreciendo la proliferación de organismos fotosintetizadores, como el fitoplancton y las plantas acuáticas, dejándolas cada vez más opacas e insalubres.

“La mayoría de estos ambientes acuáticos están en zonas de influencia de actividades productivas, afectados por contaminantes, riles mineros, fertilizantes y plaguicidas”, explica Luciano Caputo, investigador del Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas de la Universidad Austral (UACh).

Agrega Caputo, que los ya afectados, son los embalses La Paloma y Rapel, la laguna de San Pedro, el lago Lanalhue, el lago Chungará y la reciente evidencia en la Laguna de Aculeo .

Pero el problema no se limita a esa área, ya que como consecuencia del mal uso del lago Villarrica, éste ya ha cambiado sus características físico químicas.

Según la Dirección General de Aguas del MOP., en Chile hay 24.114 glaciares, algunos en etapa de desaparecer y la mayoría de ellos reduce año a año su masa de hielo; como dramático dato, Campos de Hielo Sur registra un retroceso de 30 mts. por año; los glaciares patagónicos, EECC:. son la tercera reserva de agua dulce del mundo y corresponden al 80% de hielo total de Sudamérica, sin duda una invaluada fuente de vida.

Ya en el año 1819, Bernardo O’Higgins, dispuso que las aguas del Canal de Maipo (o San Carlos), que venían desde el Río Maipo, podrían ser objeto de ventas a particulares, valorizando cada regador en 750 pesos de la época, todo con la intención de dar término a las obras del Canal, y con ello, poner término a los problemas que creaba para Santiago su dependencia de las insuficientes aguas de la Quebrada de Ramón y del Río Mapocho.

El crecimiento del país trajo consigo una nueva y mayor presión respecto al agua, que se dio a conocer especialmente en situaciones de crisis, creando confrontaciones que solamente a través de la gestión de las autoridades y del apoyo de la fuerza pública pudieron superarse.

El año 1967,  luego de fuertes transformaciones sociales y políticas y también con el influjo externo de la denominada Alianza para el Progreso propuesta por los Estados Unidos de Norteamérica, se dictó la Ley N° 16.640, sobre Reforma Agraria, que contenía un capítulo muy importante sobre el sistema legal de las aguas basada en la anterior Ley 16.615, que permitió expropiar todas las aguas privadas existentes en el país, para reservar toda el agua en Chile al dominio público.

Sin embargo, el quiebre institucional de 1973 tuvo, dentro de sus primeros efectos jurídicos, que se derogara la Ley N° 16.640 y se estableciera la modificación de la institucionalidad del agua a partir del 29 de Octubre de 1981, situación inaceptable que se mantiene hasta el presente.

Por lo tanto, la primera y devastadora realidad que se debe enfrentar, es el hecho que el agua dulce disponible para constituir nuevos derechos ya se agotó ¡! o sea, en el presente, hay derechos comerciables, pero ya sin el recurso; en consecuencia, los tenedores de agua protegidos por sus derechos privados, muchos de ellos asignados antes de 1981, se constituirán además en propietarios del futuro de la población.

Consultado un prestigioso abogado experto me respondiò: ”Es tiempo que todo usuario, sin excepción, pague un canon por el uso del agua, como ocurre en muchos otros países, canon que necesariamente pagarían también las empresas hidroeléctricas, las empresas sanitarias, las industrias, y muchos otros usuarios no agrícolas que tienen la ventaja y privilegio de hacer uso de un bien nacional de uso público escaso, en forma gratuita, obteniendo del goce de ese privilegio utilidades gigantescas.”

Nos enfrentamos a un reto vital que por la vía de ninguna ley podemos modificar, y es el hecho, que el agua dulce disponible en Chile seguirá siendo la misma o menor, y por lo tanto, llegaremos en un futuro mediano, en que ya no habrá posibilidad de ofrecer una solución al problema de la carencia en sí.