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Cultura

Publicado por Citerior Agosto 21, 2020

GADAMER Y LA COMPRENSIÓN DEL TODO

Gadamer y la comprensión del todo

                           Paulino Ramírez  Quintana, Director Editor Portal Citerior

El término hermenéutica deriva del griego “hermenéuiein” que significa expresar o enunciar un pensamiento, descifrar e interpretar un mensaje o un texto. Etimológicamente, el concepto de hermenéutica se remonta y entronca con la simbología que rodea a la figura del dios griego Hermes, el hijo de Zeus y Maya, encargado de mediar entre los dioses o entre éstos y los hombres.

Dios de la elocuencia, protector de los viajeros y del comercio, Hermes no sólo era el mensajero de Zeus. También se encargaba de transmitir a los hombres los mensajes y órdenes divinas, para que éstas fueran tanto comprendidas, como convenientemente acatadas.

Por este motivo, la hermenéutica se constituyó fundamentalmente en un arte (techné) de la interpretación, dirigida,- en el Renacimiento y la Reforma Protestante,-  al esclarecimiento de los textos sagrados, dando lugar a la exégesis bíblica, uno de cuyos principales investigadores fue Mattias Flacius.

Actualmente, entendemos por hermenéutica aquella corriente filosófica que, hundiendo sus raíces en la fenomenología de Husserl y en el vitalismo nietzscheano, surge a mediados del siglo XX y tiene como máximos exponentes al alemán Hans Georg Gadamer (nacido en 1900), Martin Heidegger (1889-1976), los italianos Luigi Pareyson (1918-1991) y Gianni Vattimo y el francés Paul Ricoeur (nacido en 1913).

No obstante, la hermenéutica contemporánea, más que un movimiento definido, es una “atmósfera” general que empapa grandes y variados ámbitos del pensamiento, calando en autores tan heterogéneos como Michel Foucault, Jacques Derrida,  Jürgen Habermas, Otto Apel y Richard Rorty.

Dicho de otra manera, la Hermenéutica es la ciencia de la interpretación. El nombre se aplica, generalmente, a la explicación de documentos escritos y, por este motivo, puede definirse más particularmente a la Hermenéutica como la ciencia de la interpretación del lenguaje de los autores.

 Gadamer y la consolidación  de la filosofía hermenéutica

Como se ha dicho, fundamentalmente  la hermenéutica es el trabajo de interpretar, pero dicha interpretación se ciñe a métodos que permitan hacer emerger, más allá de la literalidad de las palabras, el sentido y comprensión de la realidad. El trabajo hermenéutico es  capaz o al menos intenta desvelar lo que contienen las palabras, con las cuales se hace el ejercicio reflexivo del filosofar.

A diferencia de las ciencias de la naturaleza (física, química, biología) que buscan explicar la realidad, las ciencias del espíritu (filosofía, psicología, literatura) buscan descubrir o mejor dicho “desocultar” aquello que no se presenta directamente, aquello que se encuentra “Hipokeimenon”, como lo expresa el viejo vocablo griego, es decir, subterráneo, oculto; en otras palabras busca “sacar el velo” de aquello que según algunos filósofos hermeneutas, entre los cuales podemos mencionar a Ricoeur, Heidegger y el mismo Nietzsche tratan de hacer.

 Toda palabra es una máscara, solía decir Nietzsche, y claro que los es, puesto que el lenguaje (elemento vital para el ejercicio de la hermenéutica) es el lugar más expuesto, es la expresión que nos relaciona con los otros, es lo que posibilita un entendimiento, pero al mismo tiempo es el vehículo por donde podemos engañar, ironizar; en otras palabras, ocultar.

De ahí que, el mismo pensador haya dicho que con las palabras se miente y con los gestos se dice la verdad. Esta ambivalencia de la palabra (exposición y ocultación) hace necesario el ejercicio interpretativo, para hacer emerger el sentido de lo que queremos decir y es esa búsqueda de sentido al cual se arroja el trabajo hermenéutico. 

Hans-George Gadamer es el filósofo creador de una original teoría hermenéutica que le ha dado un importante puesto en el pensamiento contemporáneo, sobre todo en el ámbito de la gnoseología y de la filosofía del lenguaje.

En 1960, Gadamer publica su obra magna, donde presenta un auténtico manual de experiencias en cuanto se refiere al arte, a la literatura y a la historia. Es su libro fundamental: Wahrheit und Methode, ( Verdad y Método) trabajo  en el que fundamenta su propuesta sobre hermenéutica,  permite la cohesión coherente de las cuestiones técnicas con las perspectivas filosóficas de la hermenéutica.

La hermenéutica de Gadamer se presenta dentro de un especial desarrollo ontológico ( “estudio de lo que es”) e histórico, en el que busca destacar el acontecer de la verdad y el método necesario para llegar a ese acontecer. En su formación fue fuertemente influenciado por el pensamiento de Husserl y especialmente por su maestro, Heidegger.

Gadamer considera que el conocimiento es fundamental para la existencia humana. La persona, sólo desde su propio horizonte de interpretación, que se construye constantemente, puede comprenderse y comprender su contexto. Para el hombre, cada conocimiento es una constante interpretación y, ante todo, un conocimiento de sí mismo. (Significativo, muy cercano a nuestros ideales de conocerse a si mismo y muy cercano el método, que es a través del conocimiento)

En su propuesta filosófica hizo válidos esfuerzos por combinar la dialéctica de Hegel y el pensamiento clásico hermenéutico de Schleiermacher y Dilthey, llegando a superar a estos maestros en lo referente a la interpretación textual y dando paso al desarrollo de la filosofía del lenguaje como eje del pensamiento contemporáneo más reciente. Con esa ingente obra, sitúa Gadamer una cuestión fundamental en la problemática filosófica, y es el tema de la hermenéutica en su alcance metodológico y filosófico.

Para Gadamer, el objetivo de la hermenéutica sería “explicitar lo que ocurre en esta operación humana fundamental del comprender interpretativo…”. Gadamer entra, por lo tanto, en la línea heideggeriana, en lo que se refiere a la comprensión y a la interpretación, en la que se admite el concepto de «círculo hermenéutico», subrayando que para la comprensión del todo es necesario el comprender las partes y para comprender las partes se ha de comprender el todo.

 

La hermenéutica gadameriana no proporciona reglas para la comprensión, porque es una capacidad que cada ser humano desarrolla y no es la concordancia entre ella y un patrón de medida lo que suministra la verdad.

El ser que puede ser comprendido es lenguaje. Todo comprender es interpretar y toda interpretación se da en medio del lenguaje que se abre a lo otro. En una palabra, la realidad no está a espaldas del lenguaje, pues, tal como decía Heidegger, “el lenguaje es la casa del ser”.  Y en este sentido, tener lenguaje es tener mundo, porque no lo dominamos como la ciencia a los objetos y además, no lo creamos conscientemente (al mundo), sino que ya estamos en él.

Tener mundo es comportarse con respecto al mundo en el mundo. El lenguaje no es así un instrumento, sino que el mundo construido. Witggenstein decía que “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”

También Gadamer sostenía que la interpretación debe evitar la arbitrariedad y las limitaciones surgidas de los hábitos mentales, centrando su mirada en las cosas mismas, en los textos. Afirma que siempre que nos acercamos a un texto lo hacemos desde un proyecto, con alguna idea de lo que allí se dice. A medida que profundizamos la lectura,  este proyecto va variando y se va reformulando según la lectura nos vaya confirmando o alterando nuestra pre- comprensión.

Como este proceso puede prolongarse al infinito, nunca podemos afirmar que hemos dado la interpretación última y definitiva.