Compartir

Actualidad

Publicado por Citerior Octubre 4, 2023

El péndulo de Charpy prueba la tenacidad de la sociedad chilena: ¿hasta cuándo? 

Profesor Carlos Urzúa Stricker

El Péndulo de Charpy consiste en un péndulo que se utiliza para medir la tenacidad de los materiales. Para ello, el péndulo (especie de martillo) golpea el material y transmite parte de su energía cinética (de movimiento), con lo cual ya no vuelve a su altura inicial. Pero también puede ocurrir que el golpe del péndulo termine por destruir el material.

El estallido social del 18 de octubre del año 2019 puso en jaque la democracia y afectó gravemente la estabilidad política y social del país. La salida a dicha crisis fue el acuerdo por la paz firmado por la mayoría de los partidos políticos con representación parlamentaria. De cara al país, en la madrugada del 15 de noviembre del 2019, dicho acuerdo comprometió a los distintos sectores políticos, para implementar una agenda legislativa destinada a dotar al país de una nueva Constitución. La agenda propuesta consideró la consulta, mediante un plebiscito, respecto a si los chilenos querían una nueva constitución y respecto del órgano que tendría a cargo la responsabilidad de escribirla.

Ya es pasado reciente, que la propuesta de nueva Constitución, propuesta por la Asamblea Constituyente a la población chilena, fue rechazada en el plebiscito del 4 de septiembre del 2022 por cerca de un 61% de los electores, aproximadamente 7.880.000 votos y con voto obligatorio. 

Entre las causas que pueden explicar su rechazo, estarían, entre otras, el ánimo maximalista que inspiró a los constituyentes, lo que los llevó a colocar cualquier idea personal y que contara con los votos suficientes, incorporarla en el texto. Así entonces, el sector mayoritario de dicha convención, que se identificaba con un sector de izquierda del espectro político chileno, aprovechó su mayoría e impuso en las votaciones de los articulados de la Constitución, refundar la organización política del Estado de Chile, generar cambios profundos en los Poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo, Judicial y algunos organismos independientes del Estado, tales como la Contraloría General de la República; incluso refundar Carabineros de Chile, generándose de esta forma una gran incertidumbre, que revivió los “fantasmas del pasado” y que ha terminado por polarizar una vez más a la sociedad chilena.

Cual péndulo, la sociedad chilena pasó de un 78% que se pronunció a favor de una nueva Constitución a un rechazo del 61% respecto de la propuesta que hiciera la Asamblea Constituyente elegida para dichos efectos.

Frente a los resultados del plebiscito de salida, que marcaron el triunfo del rechazo, la clase política nuevamente se dio a la tarea de negociar un nuevo proceso constituyente.

Uno de los primeros acuerdos, fue la redacción y aprobación por el parlamento de las denominadas 12 bases constitucionales -especie de rayado de cancha- que debiesen si o si, ser consideradas en una nueva Constitución, octubre del 2022.

Paso seguido, mediante la Ley 21.533 (17 de enero de 2023) se dio paso a un segundo proceso para elaborar una nueva Constitución Política. La Ley consideró como órgano redactor elegido democráticamente, un Consejo Constitucional compuesto por 50 consejeros, además de la creación de una Comisión de Expertos, con un total de 24 comisionados, con igual número de hombres y mujeres; la mitad de ellos elegidos por la Cámara de Diputados y la otra mitad por el Senado.

Con el objeto de resolver los requerimientos que surjan o se interpongan para aquellas normas aprobadas por el Consejo Constitucional o por la Comisión de Expertos, existirá también, un Comité Técnico de Admisibilidad, compuesto paritariamente por 14 personas. 

Para estos efectos, el 7 de mayo del 2023 se llevó a cabo la elección democrática del Consejo Constitucional. El resultado de dicha elección mostró que, del total de 50 consejeros, los partidos políticos identificados con la derecha- obtuvieron la mayoría suficiente para fijar las normas de la nueva propuesta constitucional.

El péndulo cambió de dirección.

Como era previsible, los consejeros que formaban parte de la minoría comenzaron a denunciar públicamente, que se estaban aprobando normas que no consideraban las consideraciones de la minoría, con lo cual se estaría gestando una constitución con una sola mirada y no representativa de la mayoría de los chilenos. Que materias que ya habían sido superadas por la sociedad chilena, ley de aborto en tres causales y objeción de conciencia, consideraba ahora adicionalmente la “objeción de conciencia Institucional”; y el derecho de huelga, por citar algunas, eran un retroceso, en la vida política y democrática del país.

 Según estos sectores, se tendía a perpetuar muchas de las normas existentes en la Constitución actual, olvidando que la gran mayoría de los chilenos había votado favorablemente su reemplazo.    

Hoy, la sociedad chilena se encuentra en un momento crucial de su vida republicana.

Las redes sociales, muestran una campaña que llama al rechazo de la nueva propuesta que aún no se conoce. El ambiente político se muestra enrarecido y donde la dirigencia de todos los sectores, salvo algunas excepciones, guardan silencio expectante olvidando que una de las funciones más importantes de los partidos políticos, es orientar a sus adherentes. 

Por mientras, la mayoría de los chilenos se ven “tironeados” por los distintos sectores políticos, por los medios informativos y por las redes sociales, con lo cual se aumenta la incertidumbre y la claridad respecto de lo importante para ellos: la seguridad pública y social, la corrupción, el trabajo, la vivienda, la salud, la previsión, la educación, todos temas de la mayor importancia y que no se encuentran visibilizados en la agenda política legislativa.

Los vaticinios de los muchos agoreros, destinados a crear un clima de mayor incertidumbre, se toman los programas y noticias de los medios de comunicación y las redes sociales, adelantando prejuiciosamente, el rechazo a la nueva propuesta de Constitución, sin aún conocer el texto, que se propondrá a consideración de la ciudadanía.

Sectores que al ver que sus posturas ideológicas frente a determinados temas, no se reflejan en todo lo que ellos quisieran en la nueva Carta, rechazan el proceso constitucional, tensionando una vez más la estabilidad política y social de la democracia chilena. 

El Consejo Constitucional, se encuentra en su última fase y se espera que, en los próximos días, sea entregada la propuesta de nueva Constitución. Operará también el órgano de admisibilidad y la Comisión de Expertos, para que nuevamente el 17 de diciembre los chilenos se pronuncien a favor o en contra de la nueva propuesta de Carta Fundamental. 

Por mientras, el 18 de octubre próximo, se cumplirán 4 años del estallido social, cuyo resultado político a la crisis, fue proponer una nueva Constitución Política para Chile.  Ya se tuvo un proyecto fallido. Sectores interesados, promueven el fracaso de este segundo proceso y los ánimos en la sociedad chilena se encuentran claramente tensionados.

Esperamos esta vez, que el péndulo se desplace hacia el sentido común de la mayoría de los chilenos.

Que lean y estudien la propuesta; sin juicios previos, sin dejarse “embaucar” por los distintos sectores políticos; que se reúnan para conversar reflexivamente la propuesta; entendiendo y reconociendo que ninguna Constitución, puede satisfacer en todo lo que idealmente las personas quisiéramos. Llevamos ya demasiado tiempo en esta disputa y una tercera alternativa puede definitivamente romper la tolerancia de los chilenos.

Hoy, de los chilenos depende la energía que estamos infringiendo al péndulo de Charpy.