
El fundamentalismo: ¿“Revancha de Dios”?
El fundamentalismo.
M. F. B.
Ingeniero Comercial
De las diferentes definiciones de fundamentalismo existentes, podemos encontrar cuatro maneras principales de interpretar el concepto:
El fundamentalismo como reacción contra la modernidad
El fundamentalismo se plantea como una vuelta a un pasado más o menos mítico en el cual se supone reinaba la “ley de Dios” en todas las esferas de la vida individual y colectiva. Bajo esta perspectiva, los fundamentalismos interpretan de modo radical la “insurrección contra la modernidad”, poniendo de manifiesto su absoluta desconfianza sobre las promesas de bienestar y de progreso ilimitado de la modernidad.
El fundamentalismo como expresión de la crisis de la modernidad
Así, el fundamentalismo sería una “moderna utopía jacobina”, fruto de la crisis de la modernidad.
El fundamentalismo como “revancha de Dios”
El fundamentalismo así visto concibe que el desorden y malestar que se dan hoy en la humanidad vienen derivados de la emancipación de un ser trascendente: Dios.
El fundamentalismo, desde esta perspectiva, daría vital relevancia al regreso a la observancia de la “ley de Dios”, situando la cuestión religiosa en el espacio público y político.
El fundamentalismo, como la búsqueda del restablecimiento del mito del Estado ético
Desde esta perspectiva, el fundamentalismo se basa en el “síndrome del enemigo”, es decir, este enemigo (el Estado, otras religiones, etc.) se percibe como amenaza a la identidad colectiva de un grupo, o de un pueblo entero. Así, pues, dentro de este aspecto, se plantearía que la separación ético-religiosa es la causante del desorden moral y social; este desorden moral y social sería la causa de la disolución de vínculos sociales que sólo serían capaces de recomponer restableciendo la “ley de Dios”.
Con el restablecimiento de esta ley, se refundaría la identidad colectiva a través del Estado, que sería percibido como el instrumento para que la sociedad vuelva a su orden divino.
Estas cuatro formas principales de plantear el fundamentalismo no son necesariamente excluyentes las unas de las otras. Es por eso por lo que podemos encontrar que, según qué definiciones, el fundamentalismo se describe de las tres maneras a la vez: como reacción a la modernidad que se considera en crisis, como revancha de Dios y como anhelo de un mito concreto.
También se puede encontrar que hay paradigmas explicativos que defienden sólo una de las posturas. Por ejemplo, hay quien considera el fundamentalismo como reacción contra la modernidad y quien lo plantea únicamente como “revancha de Dios”.
Entonces, se puede concluir que el concepto fundamentalismo es una forma muy concreta de interpretar la realidad social, que se transforma en la verdad y, después, el actuar en función de esa interpretación.
La interpretación de la realidad social está vinculada a la dimensión religiosa y, en forma interrelacionada, condicionada y vinculada a la dimensión política.
En cuanto a la dimensión política del concepto, ésta se basa en la búsqueda constante de la aplicación de la doctrina religiosa interpretada y aplicada a la vida social y cultural.
Se trata de accionar, de orientar sus acciones sociales, en función de las interpretaciones religiosas fundamentalistas de la realidad a la que se adhieran.
Estas acciones pueden ir desde el proselitismo hasta la lucha armada.
Los movimientos fundamentalistas no son estáticos: se reinventan continuamente y puede que, en ocasiones, prime más la dimensión política que la religiosa y, en otros, la religiosa más que la política, dependiendo de contextos, circunstancias, etc. Como ejemplo, está el caso de los hermanos musulmanes y su evolución: con su nacimiento en Egipto, de la mano de Hassan Al Banna, sus preceptos tenían un claro cariz religioso y, en su desarrollo y el cambio producido con Sayyid Qutb, se dio un gran empuje político a los preceptos religiosos (QUTB, 1990).
Por último, el término fundamentalismo carece de términos sinónimos. Los conceptos como integrismo, integracionalismo o conservadurismo y tradicionalismo son característicos del fenómeno, ubicados dentro de las dimensiones citadas, nunca describiéndolo en su totalidad.