“Don Quijote” es el nombre de una película de televisión del 2000 dirigida por Peter Yates y protagonizada por John Lithgow, Bob Hoskins e Isabella Rossellini. Narra la clásica historia de Alonso Quijano, el senil distinguido campesino que sueña, en límite de su lucidez, con convertirse algún día en un legendario caballero medieval, que luchaba por el bien combatiendo al mal con la espada y la lanza del honor y la virtud. Pertenecía al linaje moral de aquellos  Caballeros que siempre rescataban a su amada  del peligro y le ofrendaban los mejores valores obtenidos de sus sacrificadas victorias de tantas batallas. Los caballeros de su época eran plenos defensores de la justicia y practicantes del deber en la que los pobres pagaban hasta con sus vidas su minusválida condición humana. Don Quijote, junto con su fiel escudero, Sancho Panza, emprenderá un viaje lleno de aventuras en el que adoptará el nombre de Don Quijote de la Mancha para luchar a través de su loca imaginación, con la armadura de su triste figura contra los Enemigos del pueblo. Volvamos a repasar estas grandes virtudes del Quijote Ideal y el Sancho Práctico bajo el prisma de un clásico del cine.